Agregados de algas al suelo
Las algas tienen mejores propiedades que los fertilizantes de granja
porque liberan más lentamente el nitrógeno, son ricas en microelementos y
no traen semillas de malezas.
En las épocas en que las algas salen a la costa en grandes cantidades
pueden agregarse al suelo sin secarlas previamente. Como se descomponen
rápido deben ser enterradas, ya que al no tener fibras en cantidad
comparable a otros vegetales se gelatinizan y no sirven para formar “compost”.
También pueden añadirse al “compost’ posteriormente, en una proporción
de hasta 30 toneladas de algas frescas por hectárea.
En algunos suelos de tipo ácido es conveniente el agregado de algas
coralináceas -conocidas en Europa como “maerl”-.
Fertilizantes foliares
Una alternativa es la utilización de las algas para elaborar
fertilizantes foliares, es decir, extractos con los que se rocían las
plantas.
Estos productos -que se comercializan desde 1950, ya sea en forma
líquida o como polvos para diluir- tienen propiedades que optimizan el
aprovechamiento de los minerales. También se han agregado a las semillas
para mejorar su germinación y su crecimiento en las primeras etapas.
Los extractos solubles y los “sprays” foliares aumentan el contenido de
proteína de los porotos de soja, la materia seca de los tomates y el
rendimiento de algunos tipos de poroto.
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