Las algas marinas son beneficiosas también en el campo de la farmacia, la
medicina y la cosmética.
Unas ochenta especies de algas marinas estarían en uso en Oriente por
sus propiedades vermífugas, anticoagulantes y
antilipémicas. En Chile, los
indígenas de los Andes utilizan algas para combatir el bocio. Aunque un
exceso de iodo por consumo exagerado de algas frescas o tabletas de las
mismas puede producir un efecto similar al bocio.
Existen algunos indicios acerca de la acción antitumoral que poseen las
algas pardas marinas. En nuestro país se han investigado los efectos que
producen los extractos de algas sobre varios tipos de tejidos tumorales.
Aplicados a ratones, se han obtenido resultados positivos con los
extractos provenientes de
Macrocystis pyrifera.
Son conocidos los efectos beneficiosos de los extractos de algas
verdes, rojas y pardas para bajar el colesterol. También se han obtenido
resultados positivos para estabilizar la presión sanguínea y se ha
verificado su actividad antibiótica y antiviral.
Un aspecto interesante es su capacidad de prevenir el envenenamiento
radioactivo.
Son bastante difundidas en la actualidad las aplicaciones de las algas
en dermatología –como cicatrizantes y antiseborreicas-, para el
tratamiento de lepra y thalassioterapia, y como componentes de dietas para
adelgazar.
Existe además gran cantidad de antecedentes de uso de algas en medicina
veterinaria, en varios casos producidos por profesionales de esa
especialidad pertenecientes a los cuerpos de caballería del ejército
argentino.
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