Utilización de algas marinas
en nutrición humana


 
El uso de algas marinas en la alimentación humana está muy extendido en la zona del Pacífico. Esto ha generado el desarrollo de varias técnicas de cultivo y la creación de una compleja red de comercialización.

Si nos remitimos a los recetarios tradicionales de las comunidades costeras encontramos antecedentes del uso de algas en la alimentación principalmente en Japón, Corea y China, pero también en Europa, Canadá y Sudamérica.

Actualmente, junto con el desenfrenado uso de aditivos y productos artificiales -entre ellos varios derivados industriales de las algas- se revalorizan algunos productos naturales. Es el caso de aquellos que provienen de las dietas de los pueblos de Oriente, como las algas.

La conveniencia del uso de estos productos naturales desde el punto de vista dietético es motivo de estudio de los correspondientes profesionales. Pero es indudable que algunas especies son particularmente agradables por su sabor y textura, por lo que sería posible introducir fácilmente su uso en los mercados nacional y sudamericano.

En general las algas que van a ser utilizadas en alimentación son sometidas a procesos de conservación por secado o en envases herméticos (conservas). Solamente en las islas del Pacífico perdura la costumbre de consumir frescas algunas especies por el fácil acceso que tienen a ellas las comunidades humanas litorales.

Las tradicionales hojuelas de “hoshi-nori” consumidas en Japón se preparan prácticamente todas a partir de Porphyra de cultivo y por métodos mecanizados. El producto obtenido es comercializado luego de una cuidadosa clasificación. Este alga es conocida en Chile bajo el nombre de “luche”, y se la consume prácticamente sin otra elaboración que un secado o tostado.

La especie más frecuente y abundante de Porphyra en la Patagonia es Porphyra columbina, cuyo talo es relativamente grueso. Luego de secarla, tostarla ligeramente y molerla adquiere un sabor agradable que la habilita como condimento de arroz, pescado y salsas. Combina muy bien con salsa de soja para aderezar todo tipo de platos calientes y también con pollo, pescados y verduras en rellenos de tartas, buñuelos y empanadas. Su color brillante y oscuro y su sabor marcado permiten utilizarla para espolvorear canapés y dar variedad a rellenos de sandwiches, mayonesas para fiambres y comidas tanto standard como dietéticas -bajas en colesterol-.

Una alternativa es la elaboración de “laver-bread”, similar al producido en Swansea –Gales-, en base a varias especies de Porphyra .

Otro alga que podría comercializarse -sobre todo en la zona sur del país donde la colectividad chilena la utiliza-, es Durvillaea antarctica. Sin embargo las zonas de colección de esta especie se limitarían a puntos muy específicos y de difícil acceso en Tierra del Fuego. Se expende seca en atados y se cocina principalmente en guisos, reemplazando por su textura a la carne. El sabor -si bien es particular- no es desagradable y acepta muy bien el tipo de sazonado tradicional en nuestro país.

Las provincias patagónicas están evaluando la posibilidad del desarrollo de su acuicultura como alternativa económica. Las aguas libres de polución de nuestras costas permiten el cultivo de Undaria, un alga exótica que sirve de base para la producción de “wakame”. Este alga posee un valor interesante en el mercado internacional ya que su consumo ha crecido en Oriente aproximadamente cinco veces en los últimos 50 años. El kilogramo de Undaria fresca tiene un precio estimativo de 0.8 dólares estadounidenses. Sería interesante desarrollar su utilización como forma de control de su excesiva proliferación.

Las algas verdes del grupo de las Ulvales y afines, especialmente Ulva y Enteromorpha han sido aprovechadas comercialmente en la producción de harinas para la alimentación de aves, por su contenido en carotenos.

La utilización de Ulvales en alimentación humana no es muy elevada. Sin embargo, en lugares donde el uso de algas no es tradicional son fácilmente aceptadas -como en Uruguay, donde se consume Ulva en algunas localidades costeras-.

En Comodoro Rivadavia -Chubut, Argentina- se llevaron a cabo pruebas piloto sobre la aceptación de comidas frías y calientes en base a Enteromorpha y Ulva con los resultados alentadores.

Una mezcla de Monostroma, Enteromorpha y Ulva es comercializada como “aonori”, que se utiliza para sazonar platos de “sashimi” -pescado crudo-. La única especie de Monostroma observada hasta ahora en el litoral patagónico es Monostroma undulatum. Esta especie tiene sabor y aroma muy agradables mientras está fresca y es algo difícil de secar.
 

Recetas con algas marinas de las costas
de la Patagonia Argentina


 



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